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La Desesperacion

El Sueño Celestial

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 Regresé a la casa y traté de limpiarla lo mejor que pude, del desastre de la inundación. El Dr. Adair dijo que podía traer mi esposa y bebés a casa, así que procuré hacer del lugar lo más cómodo posible para ellos. Luché duramente para salvarlos, envié a Louisville por un especialista ... pero todo en vano; ya habían avanzado demasiado. Pero estoy seguro que mi esposa no sabía esto en ese momento. Ella fue valiente durante toda la prueba. La volvimos a ingresar al hospital para el tratamiento adecuado. Nada era de provecho. Tomamos una radiografía y encontramos la tuberculosis penetrando cada vez más en sus pulmones.

Llamado al Lecho de Su Esposa Moribunda

   Un día me llamaron del trabajo ... (me hallaba trabajando, procurando salir de las deudas. Tuve que asumir cientos de dólares en deuda.) ... Me fue dicho: "¡ Si quiere ver esposa viva, más vale que venga ahora mismo"! Subí al auto y llegué a la ciudad lo más rápido que pude. Corrí al segundo piso y por el pasillo, y la primera persona que vi fue mi amigo, el Dr. Adair. Nosotros habíamos sido como hermanos toda la vida. Yo supe al mirarlo que él tenía malas noticias. El dijo: "Temo que ya partió". El se cubrió el rostro y se entró en la pequeña antesala. Yo luché para sostenerme; le imploré: "Ven, entra conmigo Doc.". "No puedo" respondió él, "ella era igual como una hermana para mí. No puedo volver a entrar allí Bill". Yo comencé a entrar solo, y él llamó a una enfermera para que entrara conmigo. Al verla, allí también sentí que ya había muerto. Le habían cubierto el rostro con una sabana. Ella tan sólo era el esqueleto de lo que antes era ... tan delgada y pálida ... ¡Oh, qué cosa! La tomé en mis brazos y comencé a moverla. Clamé: "¡Cariño, respóndeme ... Dios, por favor permite que ella me hable una vez más". Ella ya estaba cruzando la línea ... Pero de repente se devolvió para mirarme. Ella abrió esos grandes y hermosos ojos, color café. Comenzó a levantar sus brazos para recibirme, pero estaba demasiado débil; así que yo me incliné acercándome a ella. Yo sabía que ella deseaba decirme algo. Amigos, aquí está lo que ella me dijo (en parte). Eso quedará en mi memoria hasta el día en que me encuentre con ella.

Hope Describe El Paraiso

Ella dijo: "Ya casi estaba en casa. ¿Por qué me llamaste"? Le dije que no sabía que había interrumpido algo. Ella comenzó a contarme del paraíso del cual yo la había llamado, como se veía, los árboles hermosos y las flores, pájaros cantando, sin ningún dolor en su cuerpo. Por un momento pensé que quizás no debí haberla llamado ... (Pero, bendito sea ... ella ya ha estado disfrutando de ese lugar hace mucho tiempo.) Ella revivió por unos momentos y me dijo que estaba siendo llevada por unos seres angelicales. Ella me escuchó a la distancia, llamando. Amigos, sí existe una tierra más allá del río, en algún lugar en el más allá. Quizás a millones de años luz, pero sí existe ... y estamos rumbo a ese lugar.

Recuerdos en Las Ultimas Horas

Ella describió lo hermoso que era. Dijo: "Cariño, tú has predicado al respecto, has hablado de eso, pero no puedes imaginarte lo glorioso que es". Ella deseaba volver. Ella pensó por un momento y entonces dijo: "Hay dos o tres cosas que quiero que sepas". Yo le pregunté: "¿Cuáles son"? "¿Recuerdas, Bill", comenzó ella, "una vez que fuiste a comprarme un par de medias"? Yo recordé la ocasión. Ella se estaba vistiendo para asistir a un servicio en Fort Wayne esa noche y necesitaba un par de medias. Ella me dijo que le comprara algo así como de "talla completa" o "hasta arriba" de "rayón" o "chiffons" o algo por esas líneas. Nunca parecí poder recordar nada acerca de ropa de mujer, así que me fui por la calle diciendo entre mí: "Chiffon, chiffon, chiffon". Alguien dijo: "Hola Bill" ... Yo dije: "Hola, chiffon, chiffon, chiffon". Luego me encontré con alguien que me dijo lo buena que estaba la pesca, y olvidé la clase que tenía que comprar. Las tenía que comprar en Penny's, pero conocía una muchacha que trabajaba en la tienda baratilla y yo sabía que ella me podría ayudar si le contaba la situación. Corrí para allá ... (Su nombre era Thelma Ford; ella es ahora vecina mía.) ... Le dije: "Thelma, quiero comprar unos calcetines para Hope". Ella se rió: "Oh, Hope no usa calcetines, ella usa medias". "Bien, entonces un par de medias". Ella preguntó: "¿Qué clase desea ella"? "Pues, ¿qué clase tienes"?, esperando a que nombrara las que debía recordar. Ella dijo: "Rayón, chiffon, etc.". Pues, desafortunadamente ella nombró las que no eran primero, pero me sonaron como el nombre correcto así que dije: "¡Esas son"! "¿Quieres decir que Hope quiere medias de rayón"?  "Eso fue lo que ella dijo", respondí yo, así que ella comenzó a envolverlas. Pero cuando fui a pagar encontré que sólo costaban 39 centavos, así que compré dos pares. Cuando llegué a casa y se las entregué, comencé a fastidiarla. (Uds. saben cómo les gusta a los hombres fastidiar a sus esposas en cuanto a poder conseguir lo más barato.) Le dije que había sido yo el que había encontrado la rebaja esta vez, y le entregué las medias. Ella no mencionó nada, pero sí pensé que se veía un poco decepcionada, y cuando llegó a Fort Wayne noté que había comprado otras. Ella fue lo suficiente dama para no decirme del error en ese momento, pero ahora ella estaba pensando en cositas pequeñas como esas en la hora de su muerte.

Ahorra Dinero Para El Rifle de Su Esposo

Su vida lentamente se le iba, pero ella continuó. "¿Recuerdas ese rifle que querías comprar en Louisville, y no teníamos suficiente para comprarlo"? (Qué tan bien lo recordaba ... Siempre he sido cazador y cuando vi ese rifle en particular, pensé cuánto me gustaría tenerlo.) "Sí". Yo estaba procurando que no viera mis lágrimas. "He estado ahorrando monedas de cinco y diez centavos para comprártelo. Yo aquí estoy llegando al fin, pero cuando llegues a casa encontrarás el dinero debajo de un papel encima del armario" . Uds. nunca sabrán cómo me sentí cuando encontré esos seis o siete dólares que ella venía guardando todo ese tiempo para ese rifle. Lo compré y aún lo tengo, y es mi intención guardarlo lo más que pueda, y después dárselo a mi niño.

Sus Ultimas Palabras

 Recuerdo que fue en ese momento que ella me pidió que no me quedara soltero, pero que me casara con una buena muchacha Cristiana que estuviera llena del Espíritu de Dios y que cuidara de los niños. Yo no quería prometerle eso, pero al final lo hice para complacerla. Unos minutos después ella habló débilmente: "Bien, ahora pasaré del otro lado". "No hables así" , le imploré. "Ya no me preocupa ir allá", dijo ella, "habiendo visto lo maravilloso que es". "¿En verdad ya te vas, cariño"?, le pregunté con lagrimas. "Sí". Ella me miró en los ojos y dijo: "¿Me prometes que siempre predicarás este maravilloso Evangelio"? Se lo prometí. Ella dijo: "Bill, Dios va a usarte". (Bendito sea ... Muchas veces me pregunto si Dios quizás le permite dar un vistazo hacia nosotros, mientras vamos de lugar en lugar en nuestro ministerio, procurando obedecer el llamado el cual ella sintió que Dios enviaría). Ella continuó hablando. "Has sido un buen esposo". Una enfermera joven estaba parada cerca, y a ella le dijo: "Espero que puedas tener un esposo tan bueno como el que he tenido yo". Por supuesto, eso por poco me arranca el corazón, pero sabía que tenía que mantenerme fuerte por ella. Yo procuré sonreír y dije: "Cariño, si te vas, te vamos a enterrar en el cementerio de Walnut Ridge hasta que Jesús venga. Y si acaso yo duermo antes de ese tiempo probablemente estaré a tu lado". Entonces dije: "Al no ser así, estaré en el campo de batalla en algún lugar". Mientras esos ojos color café se anublaban, continué: "Cuando llegues a la Nueva Jerusalén busca el lado oriente de la gran puerta y grita mi nombre Querida, cuando veas a Abraham, Isaac, Jacob, a Pablo y a Esteban ya todos ellos subiendo, allí estaré yo". Ella me acercó hacia ella y se despidió con un beso ... Entonces pasó a estar con Dios. Aquí estoy luchando aún ... trabajando, procurando arduamente de guardar esa promesa.

Se  le Informa de Su Bebe Muriendo

   Después de ella morir, me fui a casa para cuidar de los bebés. Cuán desesperadamente busqué tranquilidad mental. Fui a la casa de mi madre ... Fui a nuestro hogar, el mío y de Hope, a todo lugar, nada me satisfacía. No hallaba descanso. Muchos de Uds. saben lo que quiero decir. Esa noche finalmente me acosté y procuré dormir. Alguien tocó la puerta. Pensé: "¿Qué podrá ser ahora"? .. Una voz llamó: "Billy, tu bebé se está muriendo". Nunca olvidaré la noche cuando él vino para avisarme. Pensé: "¡Oh vaya! ¿Qué es esto?", cuando él tocó en la puerta. Como si fuera poco que acababa de perder a mi esposa ese día, el amigo había venido con noticias que mi bebita se estaba muriendo. Cuando nos subimos a su pequeña camioneta para ir a donde la bebita, pensé que la vida misma había llegado al fin. ¡ Cómo sería posible todo esto! Cuando llegamos encontramos el bebé al borde de la muerte. El Dr. Sam Adair había venido y la había examinado. El me informó que hasta donde él sabía nada se podía hacer, pero de todas maneras la llevamos de urgencia al hospital. Allí un especialista de Louisville decidió también que no había esperanza. Ellos me llevaron al laboratorio del hospital y me mostraron el germen en la columna del bebé. Ella sufría meningitis de la columna vertebral, la cual contrajo de su madre. No existía ninguna posibilidad de ella jamás recuperarse. Ella moriría muy pronto. No soy capaz de expresar con labios humanos cuánto me destrozó eso. Todo lo demás había resultado mal y ahora eso estaba sucediendo. Eso es para mostrar que uno nunca sabe lo que contiene el futuro. Entonces me fui a ver a mi bebé, en donde tenían los casos en cuarentena, en el sótano. Vi a mi querida tendida allí. Cuando ahora recuerdo eso simplemente me parte el corazón. Era temporada de verano, y el personal del hospital, hallándose muy ocupado, no le estaba brindando el cuidado adecuado. Cuando entré, la miré y ella hizo el intento de mirarme. Ella estaba en esa edad cuando son gorditos y cariñosos. La pobrecita no se había recuperado del espasmo causado por la meningitis. Una de sus piernitas estaba encogida y uno de sus bracitos se le estaba encogiendo. Su piernita se movía de arriba para abajo. ¡Oh! ¡Qué escena tan lamentable! Me arrodillé junto a la cama y comencé a orar. Clamé: "Dios, por favor no te lleves a mi bebé". Yo sabía que había cometido un grave error en no soltarlo todo y dedicarme a la obra de evangelismo. Yo creo que el don estaba listo para manifestarse en ese entonces, pero yo había rehusado ir. Me arrojé al suelo y comencé a orar y a pedirle a Dios que le perdonara su vida. Parecía que había una cortina oscura por en medio, y ella se hundía. Me levanté para mirarla y le dije: "Sharon, ¿reconoces a papá"? Verdaderamente creo que ella sabía que yo estaba presente. Parecía como si ella intentaba menear su pequeña mano, y sus labios temblaban como si ella fuera a llorar. Era algo trágico-la agonía fue tanta que sus ojitos se cruzaron. ¡Oh! Cuando veo un niño con los ojos cruzados me recuerda de ese tiempo-de los ojos de mi bebita, cruzados a causa del intenso sufrimiento. Uds. que tienen niños sabrán como me sentí.

Madre y Bebe Sepultadas Juntas

Oré e impuse las manos sobre ella. Pero un poco después los Angeles vinieron y se llevaron la pequeña querida a estar con su mamá. Yo regresé a casa, desolado y agotado. Dos días después la sepultamos en los brazos de su madre. Recuerdo estar parado allí junto a la tumba con el corazón partido y en una condición tan pésima. El Hermano Smith, el ministro metodista allí en la ciudad, predicó el sermón por las dos. ¡Oh! ¡Cómo me sentí! Eso fue insoportable. De alguna manera las hojas soplando entre los árboles me recordaban de un antiguo canto: Hay una tierra más allá del río que llamamos el dulce más allá, y sólo alcanzamos esa ribera por la fe, Uno por uno llegamos al portal donde moraremos con los inmortales, Cuando suenen esas campanas doradas por mí y por ti. Yo sé que algún día el sepulcro se abrirá, porque hay un sepulcro vacío en Jerusalén. Yo sé que algún día éste también será abierto porque ellas creyeron en Jesucristo su Redentor resucitado. Regresé al empleo, procurando hacer todo lo que podía para pagar las cuentas y las deudas que había asumido. Nunca olvidaré una mañana cuando leía un medidor arriba de un poste en la carretera 150 cerca de New Albany. Dentro de mí cantaba: "En el monte Calvario había una cruz, emblema de afrenta y dolor". El sol brillaba fuertemente esa mañana y el poste daba una sombra en un monte al frente de mí. Estaba a tal ángulo que el palo que atravesaba y mi propio cuerpo suspendido por el cinturón de seguridad también formaba la sombra. ¡Allí estaba la cruz nuevamente

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